Este
convento carmelita tiene su origen en un establecimiento
anterior donde se reunieron un grupo de clérigos
alrededor del arcediano Hernán Velázquez que ya existía
en 1295, cuando una bula de Bonifacio VIII concedió
indulgencias a sus visitantes. Aquel Hernán hizo
donación de la casa a los carmelitas en el año 1315. El
lugar se convirtió rápidamente en un importante centro
de devoción, fomentado por las indulgencias que le
fueron concedidas en varias ocasiones, también por el
poder de atracción de la Virgen de la Soterraña venerada
en el claustro del convento. Además, el lugar fue objeto
de especial protección de los monarcas castellanos
(Alfonso XI, Juan I, Enrique III, Juan II, los Reyes
Católicos...). El Museo Diocesano y Catedralicio de
Valladolid conserva una Piedad (1500?) de madera
policromada del Maestro del Claustro de la Moraleja. |
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