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Esta casa
cisterciense tiene su origen en el monasterio de Santa
María de Perales (Palencia), fundado hacia el 1160 y que
luego pasó a depender de
Las Huelgas (Burgos).
A finales del siglo XVI la casa de Perales fue
reformada, pasado a seguir la Regla de San Benito en
sentido estricto y dejando de lado el relajamiento de
las normas que se había ido generalizando poco a poco.
Este cambio supuso tensiones en la propia casa, con
monjas que se adhirieron y otros que no lo aceptaron. En
1594, una vez solucionados los inconvenientes y
obtenidos los permisos, comenzaron a practicar la nueva
observancia. |
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En aquella
época la comunidad también se quiso establecer en un
lugar más adecuado y tras varias gestiones, en 1595 se
trasladó a la ciudad de Valladolid pese a la oposición
inicial de algunos estamentos eclesiásticos de la ciudad
contrarios a la llegada de una nueva comunidad. Una vez
asentadas en la ciudad, cambiaron la advocación habitual
en el Cister de Santa María por la de San Joaquín y
Santa Ana. Inicialmente habrían adaptado la casa que
recibieron en la fundación, pero poco después se
levantaría un convento de nueva planta y finalmente
Carlos III financió la construcción del edificio actual,
del que se puso la primera piedra en 1781 y que fue
inaugurado en 1787. |
San Joaquín y
Santa Ana de Valladolid
Imagen de Wikimedia Commons |
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Bibliografía:
- YÁÑEZ NEIRA. Fr. María Damián.
El monasterio cisterciense de Perales, cuna de la
recolección. En Publicaciones de la Institución Tello
Téllez de Meneses. Núm. 59, 1988
- MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José; DE LA PLAZA SANTIAGO, Fco.
Javier. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid
II. Valladolid. Diputación de Valladolid, 2001 |
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Situación: A
occidente de la Plaza Mayor |
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