Santa María la Real de Nájera

Los litigios, entre otras razones, contribuyeron a la decadencia del monasterio, que también perdió la influencia cluniacense en el obispado. La comunidad benedictina pasaba a estar sometida al obispo. La decadencia se agravó y se extendió en los siglos XIII y XIV, incluso llegando al estado de ruina material de las dependencias monásticas, de las que no se recuperó hasta el siglo XV, en 1486 se desvinculó de Cluny y en 1513 pasó a formar parte de la Congregación de San Benito de Valladolid, que acabó de impulsar y recuperar el monasterio, hasta el siglo XIX, cuando la guerra de la Independencia lo volvió a afectar, resultando ocupado y saqueado. Fue suprimido en 1835, con la desamortización, los monjes lo abandonaron y fue víctima de más saqueos. Luego el lugar pasó a tener otros usos, desde 1895 está ocupado por una comunidad de franciscanos.

Se conserva la cueva excavada en la roca, la parte más antigua del conjunto y que sería el escenario de la historia de la fundación de la iglesia. Aquí se conserva una imagen gótica de la Virgen. Ante esta cueva se encuentra el Panteón Real, con los sepulcros de dichos monarcas, obra del siglo XVI. El conjunto se complementa con una amplia serie de entierros de nobles. Cabe destacar el sepulcro de Blanca de Navarra, obra del siglo XII, espléndidamente decorada. La iglesia, de tres naves, es obra del siglo XV, conserva un retablo barroco del siglo XVII que contiene la antigua imagen románica de Santa María la Real. También se conserva en buen estado la sillería del coro (1493-1520). El claustro es una obra de grandes dimensiones, iniciado hacia 1517. Aquí se conservan los sepulcros de Diego López de Haro y su esposa. En la galería de levante se encuentra la Puerta de los Reyes, que comunicaba con el refectorio y la sacristía. También desde el claustro se puede acceder a la capilla de la Veracruz, con más sepulturas.