San Trófimo de Arles (Trophime), abad
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Una leyenda, seguramente inspirada en el Trófimo que se menciona en el Libro de los Hechos, sitúa al obispo Trófimo como seguidor de los santos Pablo y Pedro, según este relato el año 46 hizo una estancia en Roma siguiendo a san Pedro y dice que después llegó a Arles en el mismo año, donde habría encabezado una comunidad cristiana situada en la necrópolis de los Alyscamps. Más adelante se habría refugiado en un espolón rocoso en el noreste de la ciudad, en medio de humedales donde practicaría el eremitismo, lugar donde más adelante se levantaría la abadía de Montmajour, su comunidad lo reconocería como fundador de aquella casa.
 

Saint-Trophime d'Arles
Claustro de la catedral de Arles
Los condenados a morir rezan a san Trófimo

Más allá de esta tradición, parece que hay que situar este personaje en el siglo III. El primer obispo documentado de esta diócesis fue Marciano, en el año 254, posiblemente uno de los sucesores de Trófimo. San Gregorio de Tours lo menciona como uno de los siete misioneros, los siete apóstoles de la Galia, enviados desde Roma en época de Daciano para evangelizar aquel territorio. Aparte de Trófimo, que se quedó en Arles, san Gregorio menciona a Gaciano (Tours) Saturnino (en Toulouse), Pablo (Narbona), Dionisio (en París), Marcial (Limoges) y Austremonio (en Auvernia).

Saint-Trophime d'Arles
Claustro de la catedral de Arles
Los condenados en las horcas

29 de diciembre. Relacionado con:
- Catedral de San Trófimo de Arlés (Bocas del Ródano)
- Abadía de Montmajour (Bocas del Ródano)
   

Saint-Trophime d'Arles
San Trófimo
Portada de la catedral de Arles

En el claustro de la catedral de Arles, dedicada a san Trófimo, se conservan unos capiteles góticos con la narración de un episodio milagroso donde intervino el santo. Era en la época de Carlomagno, un caballero de su ejército que entonces combatía a los sarracenos abofeteó al arzobispo Turpin y Carlomagno lo condenó a la horca junto con nueve miembros de su familia. Los condenados rogaron en la iglesia donde se encontraban las reliquias del santo obispo y este intercedió por su salvación y los protegió. Después de unos días en la horca, el mismo Turpin los descolgó aún vivos y éstos abandonaron las armas para hacerse monjes.

 

Bibliografía:
-
GAZAY, J. (1913). Roman de saint Trophime et l'abbaye de Montmajour. Toulouse: Privat
- PAULET, Abbé L. (1910). Primatiale, ou Monographie historique et descriptive de la basilique Saint-Trophime d'Arles. Bergerac: J. Castanet
- ROUQUETTE, Jean-Maurice (1980). Provence Romane 1. La Pierre-qui-Vire: Zodiaque
 
Baldiri B. - Noviembre de 2014
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