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            Los orígenes de 
			este modesto priorato son desconocidos. El historiador Courtépée 
			situó su fundación en el siglo XI además de atribuirla a los señores 
			de Brancion, extremos que no se han podido confirmar. También se ha 
			dicho que inicialmente se trataba de una
			comunidad canonical que más 
			adelante abrazó la
			Regla de San 
			Benito. Se sabe que se trataba de una comunidad de damas de la 
			nobleza, que no dependían de ningún monasterio y que sus costumbres 
			eran mucho menos estrictas que en otras comunidades. Tenía dos 
			prioratos que dependían de ella: La Chaux y Puley. Inicialmente 
			disponían de una pequeña iglesia de tres naves con transepto y un 
			único ábside, edificio que se ha situado cronológicamente en el 
			siglo XI. En el siglo XIII, quizás cuando se convirtió en una casa 
			benedictina, la iglesia se amplió renovándola completamente, el 
			primer ábside se convirtió en el lateral de un conjunto de tres. Es 
			en este siglo que se tiene conocimiento de documentación que hace 
			referencia al priorato. En 1236 se encuentra el nombre de la primera 
			priora conocida: Wuillelma.  |  | 
			
				| En la época del 
			mandato de la priora Marie de Blé (1611-1662) la casa dio un giro 
			importante, a principios de siglo se encontraba en decadencia y tuvo 
			que reformar el priorato. Por un lado anexionó la comunidad de Puley, 
			luego se trasladó a Chalon-sur-Saône y finalmente se adoptó una 
			regla más estricta, no sin la oposición de una parte de las monjas. 
			La incorporación del priorato de Puley con éste se formalizó en 
			1615, en ese momento Puley se encontraba en muy mal estado e 
			inhabitable. El traslado a Chalon se efectuó en 1626, cuando las 
			monjas pasaron a ocupar una casa de la antigua encomienda del Temple 
			en la orilla del Saona, después se edificó una iglesia y los 
			espacios conventuales. 
			En 1666 Marie de Blé recibió el título 
			de abadesa y en adelante el antiguo priorato se convirtió en una 
			abadía. La recuperación de la vida comunitaria fue importante e 
			incluso pudo contribuir a la reforma de otras casas pequeñas, como 
			la de las benedictinas de Le Villars (Saona y 
			Loira). En 1789 fue designada la última abadesa, poco después el 
			monasterio sería suprimido, la comunidad se dispersó, pasó a manos 
			de particulares y cambió de uso. En cuanto al primer priorato a 
			Lancharre, sólo queda en pie la cabecera de la iglesia románica, las 
			naves fueron derribadas en el siglo XIX debido al peligro de ruina. 
			En el interior se conserva una amplia colección de lápidas 
			sepulcrales medievales. | 
            
            
         Priorato de Lancharre
 El transepto, ahora la nave de la iglesia
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