San Jerónimo es uno de los padres de la Iglesia, con los santos Agustín, Ambrosio, y el papa Gregorio forma parte del grupo inicial de doctores de la Iglesia reconocido oficialmente desde la Edad Media. Jerónimo había nacido hacia el 347 en Stridonis, lugar no identificado situado en Dalmacia cerca de los límites con Panonia (actualmente entre Hungría, Eslovenia y Croacia). De familia cristiana, estudió humanidades en Roma, más adelante viajó a la Galia y se estableció en Tréveris, donde decidió dar un vuelco a su vida e ingresó en un monasterio en Aquilea, lugar que luego dejó con la voluntad de llevar una vida solitaria.
 

Jerónimo era conocido en Roma y la gran capital le imponía limitaciones a su deseo de soledad. El 373 fue a Oriente acompañado de Heliodoro, Inocencio y Evagrio, tras atravesar la actual Turquía hizo una estancia en Tarso (Cilicia) y finalmente se estableció en el desierto sirio de Calcis, al este de Antioquía, con algunos acompañantes donde llevó una vida eremítica muy extrema durante cuatro años. Después de una estancia en Jerusalén y Belén regresó a Antioquía durante las luchas entre diversas opciones del cristianismo, tomó parte a favor de Paulino y éste lo ordenó sacerdote, pero no abandonó su vocación monástica.
 

Estuvo en Constantinopla junto a Gregorio Nacianceno y acompañado de Paulino regresó a Roma el 382 con motivo de un concilio y se quedó en el entorno del papa hasta el 385. En Roma conoció a santa PaulaPaula de Roma
Fundadora (c347-406)

Noble romana. Al enviudar fundó un monasterio en su casa donde recibió a san Jerónimo que fue su maestro. El 385 viajó a Oriente con su hija santa Eustoquia. Fundó dos monasterios en Belén, lugar donde murió el 406


Santa Paula
Cueva llamada de San Jerónimo, Belén a quien aconsejó en el establecimiento de un monasterio en el Aventino. El 385 Jerónimo se trasladó a Oriente de manera definitiva con su hermano Paulino, tras visitar Alejandría fue a Jerusalén y pasó los últimos años de su vida en Belén (+ 420), al frente de uno de los monasterios fundados por Paula en aquel lugar, uno para hombres y otro, con varias dependencias, para las mujeres. En este lugar el santo completó su producción literaria, muy extensa, que consta de escritos propios, cartas y también traducciones de las grandes obras teológicas, efectuadas gracias a su conocimiento de las lenguas orientales, especialmente la versión de la Biblia conocida como Vulgata.
 

Funerales de san Jerónimo
Vittore Carpaccio (1502)
Escuela de San Giorgio degli Schiavoni, Venecia
 

En la Edad Media se desarrollaron varias leyendas en torno al personaje, algunas recogidas en la Leyenda Dorada. La más conocida es la de la llegada de un león cojeando al monasterio donde vivía san Jerónimo, los monjes huyeron asustados pero el santo mandó que mirasen bien a la fiera que, efectivamente tenía un espino clavado en la pata. Una vez curado, el animal se quedó en el monasterio e incluso se cuidaba de pastar el asno que hacía trabajos de carga para la comunidad. San Jerónimo suele representarse como anacoreta y penitente, también en una celda monástica, en referencia a su producción literaria. También figura como doctor de la Iglesia y con vestiduras cardenalicias, pese a no haber ejercido nunca este cargo. A menudo está acompañado de un león.

San Jerónimo (detalle)
Anónimo de Ferrara (c 1480)
Gemäldegalerie, Berlín
 

San Jerónimo penitente
Grabado de M. Céroni publicado en
Les vies des pères des déserts d’orient