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Monasterios de Catalunya |
| Orden de San Jerónimo |
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La orden de San Jerónimo nació en una época de cierta decadencia dentro del mundo monástico, situación que favoreció el nacimiento de movimientos reformistas o nuevas formas de vida conventual. Durante la segunda mitad del siglo XIV se registraron en lugares diversos un resurgimiento del movimiento eremítico donde se practicaba el retiro en lugares apartados para llevar una vida contemplativa, desligada de los grandes centros monásticos, sus lujos y comodidades. En estos eremitorios alcanzó notoriedad la figura de san Jerónimo (s. IV-V), teólogo y humanista formado en Roma que tuvo una intensa actividad ascética y eremítica en solitario. El final de sus días los vivió en comunidad en un monasterio de Belén. La orden de San Jerónimo es de origen netamente castellano, a mediados del siglo XIV se reunió en la ermita de Nuestra Señora del Castañar (Mazarambroz, Toledo) un grupo de eremitas al que se añadieron personajes como Fernando Yáñez de Figueroa o Pedro Fernández Pecha que ayudaron mucho a su desarrollo. En 1366 ya se habían trasladado a Villaescusa (Orusco de Tajuña, Madrid) y al año siguiente a San Bartolomé de Lupiana (Guadalajara) donde la familia de Fernández Pecha tenía propiedades. |
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En Lupiana construyeron los eremitorios mientras la ermita de San Bartolomé les servía para las celebraciones comunes. Pronto modificaron su vida eremítica por la cenobítica. En 1373 obtuvieron en Aviñón la aprobación del Papa Gregorio XI para su actividad conventual y les impuso la Regla de San Agustín. Inmediatamente se procedió a la construcción de un nuevo monasterio para aquella comunidad fundadora, mientras comenzaba su expansión fundando los monasterios de La Sisla (al sur de Toledo) el de Guisando (Ávila) o Corral Rubio, todos ellos durante el año 1374. Independientemente de aquella fundación, en el territorio de la Corona de Catalunya y Aragón se desarrolló otro centro eremítico localizado en el cabo de San Antonio (en Jávea, Marina Alta). Este centro, encabezado por Jaime Juan Ibáñez, también obtuvo el año 1374 el oportuno visto bueno de Gregorio XI que lo integró la misma orden jerónima. En 1414 el papa Benedicto XIII dio otro paso en el asentamiento de la orden y entre otras cosas definía su funcionamiento interno basado en la celebración de Capítulos Generales y, además, les otorgó el beneficio de exención canónica librándoles de la jurisdicción episcopal. |
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De forma paralela a las fundaciones anteriores se desarrolló la rama femenina de la orden impulsada por los mismos fundadores pero su integración completa no llegó hasta el 1464 con la creación de San Pablo de Toledo y su reconocimiento oficial en el capítulo de 1510. la primera fundación en el Principado de Catalunya se formalizó el 1393 en Sant Jeroni de la Vall d'Hebron (Barcelona) también a partir de un núcleo eremítico que le precedió del que se tiene noticias desde el 1386, en la misma ciudad se fundó la casa femenina de Sant Maties (1475), aún activa. Después de una época de decadencia de la orden fue suprimida en 1835 con la desamortización y no se recuperó hasta el 1925 y aún de manera muy limitada. La rama femenina, sin embargo, ha mantenido su actividad ininterrumpida hasta la actualidad. |
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| Baldiri B. - Enero de 2016 |
