La tradición hace que este monasterio femenino
cisterciense tenga su origen en un templo romano,
sucedido en el tiempo por una iglesia dedicada al mártir
san Vicente, que más adelante sería ocupado por una
comunidad de monjas benedictinas y esta pasaría al
Císter en época de Alfonso VII de Castilla,
concretamente en 1156. Más allá de esta narración,
sabemos que el monasterio existía ya en 1211, cuando
Alfonso VIII de Castilla le otorgó unos privilegios.
Durante los siglos posteriores se encuentra más
documentos que relacionan esta casa con la monarquía. El
monasterio sufrió un primer incendio en el siglo XIV y
un segundo en 1616 a causa del cual se reformó
profundamente dándole el aspecto actual. Actualmente
quedan pocos elementos medievales. |
|