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La abadía de Pothières la fundó Girard de Viena (o Girard del Rosellón, c800-877) un personaje en el que la historia se confunde con la leyenda y la realidad con la narración que se desarrolló en la canción de gesta conocida como Girard de Rosselhon (s XII). Era hijo del conde Leutard I, vivió de primera mano, y en algunos momentos protagonizó, algunos de los acontecimientos derivados del reparto del imperio efectuado el año 840 por Luis el Piadoso entre sus hijos: Luis el Germánico, Carlos el calvo y Lotario del que fue un alto funcionario. Entre los años 858 y 859 Girard fundó dos monasterios, este de Saint-Pierre-et-Saint-Paul de Pothières, con una comunidad de monjes benedictinos, y el segundo en el actual Saint-Père (Yonne) con una comunidad femenina. Este último se trasladaría a un lugar cercano, se convertiría en masculino y se convertiría poco después la abadía de Vézelay. El 863 el papa Nicolás I dio el visto bueno a las dos fundaciones, que debido a las inestabilidades políticas y con el fin de protegerlas se habían puesto bajo su autoridad directa. El año 878 el papa Juan VIII consagró la iglesia del monasterio de Pothières. A pesar de todas las precauciones del fundador la vida de esta casa fue especialmente convulsa, los conflictos menudearon durante prácticamente toda su existencia. Ya comenzaron el 878 cuando algunas de sus posesiones fueron ocupadas y el papa tuvo serias dificultades en mantener la situación debido a su propia debilidad. Es probable que hacia el 887 sufriera directamente un ataque de los normandos.

En el siglo X se produjo algún acontecimiento similar y en el siglo siguiente menudearon los conflictos con el obispo de Langres motivados por la nula influencia que tenía a causa de la protección papal que impedía el control por parte del obispado. En este contexto, el 1069 las tropas episcopales atacaron e incendiaron la abadía. El 1225 se volvió a registrar un nuevo ataque del obispo. Otros conflictos de este tipo menudearon durante la segunda mitad del siglo XIII... y en 1485 cuando resultó incendiada. En 1493 la casa adoptó el régimen de encomienda, lo que afectó también su economía. Durante el siglo XVI le tocaría sufrir los efectos de las guerras de Religión. Todo ello impidió el normal desarrollo e incluso faltaron los trabajos de conservación de las dependencias del monasterio que llegaron a amenazar ruina. La restauración se pudo impulsar durante la segunda mitad del siglo XVIII pero la Revolución puso el punto final a la trayectoria monástica del lugar. Una vez en manos de particulares se perdió el grueso de sus estructuras, incluidas las fortificaciones medievales, en 1793 ya se había derribado la iglesia. Del gran conjunto monástico sólo quedan algunas dependencias de la última época, especialmente el edificio que se levantó entre el 1770-1773, adosado a la iglesia. Por otro lado mencionar los trabajos arqueológicos que se han ido haciendo en los últimos años que poco a poco ayudan a conocer el esquema del antiguo monasterio.