Aunque tradicionalmente se considera que este establecimiento de monjas benedictinas tiene un origen muy antiguo, se desconoce cuando se fundó realmente. De aquella época se dice que la comunidad sufrió el ataque de tropas musulmanas y las monjas, para protegerse, se desfiguraron la cara, lo que no evitó su muerte; episodio que se encuentra representado en un mural de la iglesia. La primera noticia cierta de una comunidad en funcionamiento en este lugar lleva la fecha de 1231.

Durante el siglo XV el monasterio gozó de una época de gran prosperidad que permitió tener mucha estabilidad en los siglos siguientes. En el siglo XIX la casa no sufrió gravemente los efectos de la desamortización y pese a las pérdidas patrimoniales, pudo mantener la vida comunitaria.

Hasta el año 1993 las monjas dirigieron una escuela dentro del monasterio y ahora mantienen una hospedería.