A pesar de todo, las carmelitas no disponían todavía de un lugar
adecuado para su monasterio definitivo, los agustinos del convento
de los Sants Reis se opusieron a que se establecieran en la calle de
Granada por la proximidad con su convento, en aquel momento en la
plaza de Santa Anna. La vida de la comunidad no fue fácil y
fundación peligró a causa de la oposición para su asentamiento
definitivo, lo que no tuvo lugar hasta el 1722. Durante los años
siguientes las monjas adquirieron los terrenos para levantar un
monasterio y en 1760 se puso la primera piedra de la nueva iglesia,
que se inauguró cuatro años después. La comunidad carmelita todavía
mantiene el monasterio en actividad en este lugar. |

Sant Josep y Santa Anna de
Tarragona |

El claustro del monasterio |