Monasterio de San Benito de Sahagún

En época visigótica, se incorporó una comunidad monástica que terminó el año 714 con la invasión sarracena. La casa fue conocida en esa época con el nombre de Domnos Sanctos. Una vez recuperadas estas tierras, en 754, Alfonso I de Asturias (?-757) restauró el lugar, pero fue arrasado nuevamente por un ataque islámico. Una nueva fundación vino de la mano de Alfonso III el Magno (c 848-910), en 872 habrían llegado unos monjes que huían del monasterio de San Cristóbal de Córdoba y el rey les cedió el antiguo lugar de Domnos Sanctos. En 883, la casa fue atacada por los sarracenos y en 904 fue restaurada de nuevo, también bajo Alfonso III. Rápidamente, empezó la construcción de una nueva iglesia, consagrada en 935.

También se reconstruyó el conjunto de dependencias monásticas, en plena época románica. En 1093, el rey le entregó el monasterio de San Salvador de Nogal (Palencia), con su palacio y posesiones. A su muerte, este monarca fue enterrado en el monasterio. Se convirtió en un centro de poder importante, e incluso acuñó moneda. A mediados del siglo XIII, el monasterio gozaba de una notable posición y el papa Eugenio III le confirmaba su protección. En 1235, la villa de Sahagún y la misma abadía fueron víctimas de un incendio que destruyó la primera y afectó de manera importante a la segunda.

Cuando regresaron (1814), se encontraron con las construcciones dañadas y comenzaron su restauración. La exclaustración de 1820 y la desamortización de 1835 acabó definitivamente con el monasterio, que fue perdiendo su patrimonio arquitectónico, los restos conservados son pocos, si tenemos en cuenta la relevancia histórica que había alcanzado. Tampoco se conserva gran cosa de su patrimonio mobiliario y archivo. En el cercano monasterio femenino de la Santa Cruz se conserva el sepulcro de Alfonso VI, traído aquí a raíz de la desamortización. En el Museo de León y en la cercana iglesia de San Tirso se conservan algunos elementos arquitectónicos de este lugar.