Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo

Hay un documento fechado en 852, considerado falso, donde el conde Osorio hace una importante donación a favor de ese incipiente monasterio. También se menciona el monasterio de San Martín de Aguilar, quizás benedictino, aunque también podría tratarse del mismo establecimiento de Santa María. También se ha especulado que todo ello debería situarse un siglo más adelante, a mediados del X. Es más tarde, ya en el siglo XI, que se pueden encontrar donaciones a favor de aquel monasterio del que se desconoce su filiación, benedictino, una canónica regular o, quizás, una canónica secular, también se menciona su carácter doble, con comunidades masculina y femenina.

Desde finales del siglo XII y, sobre todo, en el siglo siguiente, la casa gozó de una larga época de prosperidad y se expandió gracias, sobre todo a las donaciones de particulares y el apoyo de la realeza. Pero, avanzado en el siglo XIII, perdió notoriedad y sufrió dificultades económicas, con episodios de fuerte oposición de la población, que sufría directamente los efectos del gobierno del monasterio, verdadero señor feudal. Un ejemplo de aquellas crisis fue la revuelta de los mismos canónigos enfrentándose al abad y con la complicidad de la población (1323). La peste negra y otros infortunios de carácter militar afectaron a los ingresos de la casa y a su estabilidad económica.

Pero los edificios del monasterio no pudieron venderse, quedaron abandonados y en peligro de ruina, sí se perdieron los bienes muebles. No fue hasta 1964 cuando empezaba su restauración, con mayor o menor acierto. Más adelante, se tomó la decisión de darle un nuevo uso y en 1984 empezó a tener actividad como escuela. En este lugar, ahora tiene su sede la Fundación de Santa María la Real, con una notable actividad desde el año 1994.