El 1218
Rodrigo Fernández y su esposa, personajes adinerados de
Atienza, fundaron en este lugar un monasterio
cisterciense femenino que pusieron bajo la advocación de
San Salvador. En ese momento ya se dotó económicamente
la casa y llegó la primera comunidad procedente de
Valfermoso de las Monjas (Guadalajara). En el futuro,
este monasterio se vería beneficiado con más bienes y
privilegios por parte de particulares y también de los
reyes (Fernando III el Santo en 1221 y Sancho IV en
1292). En una fecha indeterminada, a mediados del siglo
XIII esta casa pasaría a la obediencia de la orden de
Calatrava, muy vinculada
al Cister. La casa mantuvo su actividad en este
lugar hasta 1576, cuando a raíz de las disposiciones del
concilio de Trento, se buscó un lugar más adecuado para
la comunidad que se trasladó al nuevo convento de la
Concepción de Almonacid de Zorita, hasta que también
dejaron en 1623. |
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