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En este lugar se situaba el
castillo islámico de la Ràpita. El 1097, cuando aún no se había
conquistado, Ramón Berenguer III de Barcelona se comprometió
entregarlo al monasterio de
Sant Cugat. Más adelante, en 1150, esta donación fue
efectuada por Ramon Berenguer IV, una vez conquistada la ciudad
de Tortosa.
El monasterio de Sant Cugat fundó
aquí un priorato en 1171 que fue dedicado a Santa Maria. A pesar
de algunas diferencias con la mitra tortosina, básicamente de
carácter económico, el establecimiento continuó su existencia
sin obstáculos a destacar. Básicamente por motivos de distancia
geográfica, la casa de Sant Cugat decidió deshacerse de este
lugar. En 1260 el castillo y monasterio fueron vendidos a los
hospitalarios, que ya habían manifestado su interés por este
lugar y que establecieron aquí una comunidad de monjas. |

Santa Maria de la Ràpita |
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La comunidad se estableció en el
año 1290, con monjas procedentes del
monasterio de Sigena.
El lugar no era adecuado para una comunidad de religiosas debido
a su exposición a los ataques de los corsarios, hecho que se
manifestó en varias ocasiones. Permanecieron aquí hasta el 1579,
cuando fundaron un nuevo
establecimiento en Tortosa, dejando este lugar abandonado. |

Santa Maria de la Ràpita |
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Bibliografía:
- MICHAVILA, Ivon; FORCADELL, Antoni; VILLALBÍ, Mar. Catalunya
romànica. Vol. XXVI. Tortosa i les terres de l’Ebre...
Barcelona: Enciclopèdia Catalana, 1997
- FUGUET SANS, Joan. Templers i hospitalers, II. Guia de les
terres de l’Ebre. Barcelona: Rafael Dalmau Ed, 1998 |
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