En este lugar habría existido una primitiva iglesia levantada en el siglo VIII o IX, aquel primer edificio figura mencionado por primera vez el 896 en una donación efectuada por don Gonzalo (hijo de Alfonso III y la reina Jimena). Consta que el 951 Adefonsus restauró aquella iglesia, se piensa que este personaje era de sangre real, tal vez el mismo rey Alfonso Froilaz, hijo de Fruela II de Asturias. En 1006 la reina Velasquita (primera esposa de Bermudo II de León) entregó San Martín de Salas, con la categoría de monasterio y pertenecinte al patrimonio propio de la donante, a la iglesia de San Salvador de Oviedo. Más adelante, el 1020, aún hay constancia de una nueva donación del «monasterio de San Martín» efectuada por el abad Alfonso a unos particulares, sin mencionar en ningún momento la iglesia de San Salvador.

Reproducción de los elementos prerrománicos

Reproducción de los elementos prerrománicos

La iglesia actual es el resultado de las múltiples modificaciones llevadas a cabo en el transcurso del tiempo en el edificio medieval, sobre todo en el siglo XV. El lugar es conocido con motivo de haber conservado hasta el año 1980 una valiosa colección de epigrafía y elementos decorativos prerrománicos empotrada en sus muros, estos elementos fueron arrancados de manera nada ortodoxa, pero se pudieron salvar y ahora se conservan en el Museo Prerrománico de San Martín, en la misma villa de Salas.