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Miraflores
es una cartuja de fundación tardía si tenemos en cuenta
que la llegada de esta orden a la Península había
comenzado en 1194 con su establecimiento en
Escaladei.
En este lugar, cercano a la ciudad de Burgos, se
encontraba un palacete que había hecho levantar Enrique
III (1390-1406). Su hijo Juan II de Castilla
(1406-1454), cumpliendo sólo en parte el deseo de
Enrique III de fundar un monasterio franciscano, lo dio
a la orden cartuja
pero poniéndolo bajo la advocación de San Francisco,
hecho nada habitual en esta orden. El 1441, Juan II
obtuvo el correspondiente consentimiento de los
cartujos, tanto del prior de la
Grande
Chartreuse como los establecimientos de
Escaladei
(Priorat) y El Paular (Rascafría, Madrid). El 1452,
aquel palacio reconvertido en cartuja se perdió
prácticamente en su totalidad a causa de un incendio. |
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Fachada de la iglesia |
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Se tuvo que reconstruir totalmente, momento en que se
aprovechó para cambiar la advocación inicial por la de
la Virgen, pasando a denominarse Santa María de
Miraflores. La construcción del conjunto monástico se
prolongó en el tiempo debido a obstáculos diversos, y se
terminó bajo el patronazgo de Isabel I de Castilla, que
finalizó la construcción iniciada en 1453, en época de
Juan II. El arquitecto encargado de esa obra fue Juan de
Colonia, conocido sobre todo por su actuación en la
catedral de Burgos, quien planeó un monasterio de
estructura cartujana, con su iglesia únicamente para la
comunidad, algunas dependencias comunes y las celdas
distribuidas alrededor de un gran claustro. |

Inmaculada sobre un cerramiento interior de la iglesia |
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