Este
monasterio se fundó por voluntad del noble Rodrigo
Rodríguez Girón y su esposa Inés Pérez en unos terrenos
que poseían en este lugar. Su voluntad era de
entregarlas a la orden del Cister para que fundaran un
monasterio que se utilizaría como lugar de enterramiento
para ellos y sus descendientes. La fundación se llevó a
cabo desde el cercano monasterio cisterciense de Santa
María de Benavides (Boadilla de Rioseco, Palencia). |
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En 1215 se
formalizó un documento donde se dotaba económicamente el
nuevo establecimiento, al tiempo que los fundadores se
comprometían a construir una iglesia y las dependencias
necesarias para poder acoger la nueva comunidad
cisterciense. En este documento consta que ya existía la
comunidad, posiblemente la fundación se había hecho en
el año anterior. En 1216, Enrique I de Castilla hizo una
importante donación económica a favor del nuevo
monasterio, ejemplo que siguieron los descendientes de
los fundadores. |

Santa María de
la Vega |
Otros
monarcas hicieron aportaciones al monasterio, varios
papas: Honorio III, Gregorio IX, Inocencio IV y
Alejandro IV confirmaron las donaciones y derechos
obtenidos por la comunidad. Nunca llegó a convertirse en
un monasterio de importancia, se sabe que entre los
siglos XVII y XVIII se reformaron las construcciones,
sobre todo las dependencias monásticas.
A comienzos del siglo XIX el lugar se vio afectado por
la Guerra de la Independencia, que lo dejó en ruinas y
con la comunidad dispersada. Con la desamortización el
lugar pasó a manos particulares, los bienes muebles,
especialmente los sepulcros de los fundadores, fueron
vendidos y los edificios se adaptaron como vivienda y
para las tareas agrícolas de la finca. Se conserva la
cabecera románica de la iglesia y los restos de los
edificios de los siglos XVII y XVIII. Los sepulcros se
encuentran en la Hispanic Society, de Nueva York. |

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