Aunque se
le ha supuesto un origen visigótico, un documento del
año 952 menciona que el monje Martín y su comunidad
procedente de San Cebrián de Mazote (Valladolid)
llegaron a este lugar para establecerse, abandonando su
primer monasterio posiblemente debido a las condiciones
poco adecuadas que presentaba, se desconoce la fecha de
la llegada, quizás el 897 o el 916, según diferentes
opiniones. Sin embargo, una inscripción fundacional del
año 921 empotrada en la fachada dice que el abad Juan,
procedente de Córdoba, levantó una iglesia nueva sobre
las ruinas del anterior, es posible que se tratara de
una construcción hecha sobre las ruinas de un monasterio
anterior. En esta época aparecen documentados diversos
litigios sobre la posesión de unas pesquerías, el
documento de 952 es uno de ellos, que se sentenciaron a
favor del monasterio. |
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A
mediados del siglo X el monasterio pasaba por
una época de expansión e incrementó
considerablemente su patrimonio pero luego debió
sufrir una crisis y no es hasta principios del
siglo XII que se encuentran más noticias sobre
la casa y es entonces que se cree que adoptó la
regla de San Benito que sustituiría al anterior,
probablemente relacionada con la de San
Fructuoso. En una operación impulsada por
Alfonso VII de León y Castilla, en 1150 llegó el
monje Pedro Cristiano desde el
monasterio de
Carracedo, y el monasterio de San Martín
quedó vinculado al leonés. También disfrutó de
una nueva etapa de prosperidad en la que se
reconstruyó la iglesia, a la vez que recibía
importantes donaciones que incrementaron su
patrimonio. Las propiedades y privilegios de
Castañeda fueron confirmados por los monarcas
los años 1195 y 1231. Siguiendo los pasos de
Carracedo, que en 1203 se convirtió
cisterciense, en 1245 San Martín también se
vinculó al
Cister, condición que mantendría en
adelante. |

San Martín de
Castañeda |