En el año 1018 Rodolfo III de Borgoña y su esposa Ermengarda entregaron el lugar de Talloires a la abadía de Saint-Martin de Savigny (Ródano) donde se instauró un priorato. La tradición menciona por otra parte que en este lugar ya había una celda monástica anterior relacionada con la reina Teutberga (esposa repudiada de Lotario II) vinculada con la abadía de Sainte-Glossinde de Metz (Mosela). La propiedad se habría ido transmitiendo hasta llegar a Ermengarda, la fundadora. El primer prior de Talloires fue Germain, venido desde Savigny que se retiró a los alrededores en calidad de eremita y considerado santo. Tratándose de una fundación real, el priorato disfrutó de la especial protección de monarcas y papas. Después de una época de decadencia el priorato emprendió la reforma de la observancia que culminó con la obtención del título de abadía otorgada por el papa Clemente X en 1674, seguidamente comenzaron las obras para levantar unas nuevas dependencias monásticas. La abadía fue clausurada en 1792 con la Revolución, sufrió la pérdida de edificios, bienes muebles y archivo, la iglesia se derribó en 1833. A finales del siglo XIX lo que quedaba del monasterio se convirtió en hotel, función que aún mantiene en la actualidad.