Este monasterio benedictino tiene un origen poco claro, tradicionalmente se ha considerado que su fundación se hizo durante el siglo VI pero el documento que lo podría confirmar (una donación fechada el 543) se considera un falso elaborado en el siglo IX destinado a documentar los bienes de la casa. Aunque el primer documento fehaciente relacionado con Saint-André lleva la fecha de 831 parece que efectivamente su fundación sea bastante más anterior y que inicialmente tuvo una comunidad femenina de corta duración. Sufrió varias invasiones y ocupaciones en los siglos VIII y IX, finalmente fue restaurado a instancias de Bosón (c844-887) cuñado de Carlos el Calvo. Poco después hay constancia de que el monasterio estaba  relacionado con la casa de Borgoña, especialmente en la época de Conrado III (937-993) incluso la iglesia se integró temporalmente el palacio de los reyes de Borgoña. Conrado III habría traído también la Regla de San Benito a esta casa. Durante los siglo XI y XII pasaba por su época de máximo esplendor, en 1152 comenzaba una restauración de la iglesia y la construcción del claustro que aún se conserva.

Saint-André-le-Bas

Saint-André-le-Bas

Poco a poco el monasterio fue perdiendo poder tal como ocurría también en el ámbito político, la llegada de las órdenes mendicantes lo acentuó y en el siglo XVI a raíz de las guerras de Religión. La precaria situación en que se encontraba hizo que en 1774 fuera unido con el de Saint-Chef (Isère) y poco después, en 1780, la comunidad resultante se fusionó con la de Saint-Pierre de la misma ciudad desplazándose a este último monasterio. Con la Revolución el lugar pasó a manos particulares pero se pudo recuperar el culto a la iglesia, ahora con funciones de parroquia. El claustro se recuperó y restauró entre los años 1937 y 1938 y una segunda vez en 2010-2011.

Saint-André-le-Bas
Fachada occidental