Fue Ramon Berenguer IV (conde de Barcelona entre 1131 y 1162) quien tomó la decisión de fundar un monasterio en las tierras que se habían acabado de conquistar a los sarracenos, con una doble finalidad; por un lado la repoblación de la zona y por la otra la religiosa. Para cubrir esta segunda vertiente se optó por los cistercienses, que en aquella época tenían una fuerte presencia en la Provenza.
En 1150 o 1151 se dirigió al abad Sanç de Fontfroide a quien le dio las tierras para levantar este nuevo establecimiento. En 1151 la abadía de Fontfroide (Aude) envió los primeros monjes a preparar el nuevo asentamiento, que debía estar ya en funcionamiento en 1152, aunque formalmente no debió establecerse hasta el 1153. Alfonso II, hijo del fundador, confirmó las posesiones de Poblet, además de hacerlo beneficiario de otras donaciones y otorgarle protección. Este rey dio en 1186 las tierras necesarias para la fundación de un nuevo establecimiento en Piedra (Aragón), además de elegir Poblet como lugar de sepultura.
A finales del siglo XII y durante todo el siglo XIII el monasterio sufrió una época de crisis económica, sin embargo, desde Poblet se llevaron a cabo otras fundaciones: Santa Maria de Piedra, en 1194, donde tenían un castillo. Santa Maria de Benifassà, también un castillo de origen musulmán que pasó a manos de Pere de Cervera, más adelante monje de Poblet que obtuvo la propiedad del lugar y en 1233 materializó la fundación. Santa Maria la Reial de Mallorca, en funcionamiento el 1240. También los prioratos de Sant Vicenç de la Roqueta (Valencia), propiedad de Poblet a partir de 1288 y el de Natzaret en Barcelona, fundado entre el 1311 y 1312. Además de estas fundaciones, Poblet tenía una larga serie de granjas (diecisiete), unidades características de las casas cistercienses y que permitían la explotación agraria de sus posesiones. Probablemente los primeros monjes llegados a Poblet se establecieron provisionalmente en la granja Mitjana (al oeste del monasterio) mientras procedían a levantar las primeras construcciones en el lugar del asentamiento definitivo.
Las primeras construcciones del monasterio definitivo serían las que aún se encuentran en la parte orental, junto a la muralla: la sala de Joc de Pilota (c1163) quizá en ese momento iglesia y dormitorio, además de la capilla de Sant Esteve (1180). La iglesia monástica, de grandes dimensiones, se levantó entre los años 1166 y 1185. Es un edificio de tres naves con transepto y una cabecera compleja si la comparamos con otras construcciones cistercienses de la época. Alrededor de presbiterio se desarrolla un deambulatorio donde se abren cinco capillas radiales, que complementan los dos ábsides abiertos em los brazos del crucero. Ante el edificio se construyó una galilea, que más adelante quedó enmascarada por la muralla y la fachada barroca añadida.
Entre los siglos XII y XIII comenzaron las obras del claustro mayor, por el ala sur y el templete del lavabo, las partes más antiguas. En este sector también se habrían levantado la sala del calefactor, y el claustro de Sant Esteve. El magnífico refectorio también sería obra de aquella época. En la primera mitad del siglo XIII se efectuaron obras de gran envergadura, fuera del recinto se levantó la capilla de Santa Caterina, posiblemente utilizada por los visitantes, que entonces no podían acceder a la iglesia monástica, y que más adelante serviría el hospital de pobres. La cocina es también del siglo XIII. A levante del claustro se levantó la gran sala capitular, de una esbeltez singular; con la misma orientación se encuentran la biblioteca (antes escritorio) y el antiguo granero, de estructura similar y ahora también utilizada como biblioteca. En la parte superior se levantó el largo dormitorio, con esbeltos arcos de diafragma y que actualmente también sirve a la biblioteca.
El abadiato de Ponç de Copons (1316-1348) supuso un incremento de las tareas constructivas en el monasterio, como el atrio ante la puerta de entrada al monasterio; el cubar a poniente del claustro mayor; y las salas en la planta superior destinadas a dependencias abaciales. Al mismo tiempo se modificó el muro de mediodía de la iglesia con el fin de abrir las capillas laterales. De aquella época es también el cimborrio. A partir del 1369 se fortificó el conjunto monástico, dejando un acceso único para la Puerta Real (con las armas de la corona esculpidas), estas construcciones se alargaron en el tiempo, de modo que no se terminaron hasta después de un siglo.
Poblet se convirtió en panteón real, además de servir de lugar de sepultura de otras personalidades. Alfonso II, hijo del fundador fue el primer monarca en hacerse enterrar en el monasterio (aunque en Vilabertran hay una lápida, posiblemente con sus entrañas). El rey Jaime I, viendo próxima su muerte se hizo monje cisterciense en 1276, fue uno de los benefactores del monasterio y también fue enterrado aquí. Pedro III el Ceremonioso ordenó la construcción del panteón real (cuando sus predecesores ya estaban enterrados en el recinto monástico) y tuvo cuidado de disponer la construcción del panteón, en el que participaron los grandes escultores de la época: Aloi de Montbrai y Jaume Cascalls. En ese momento se tomó la decisión de disponer los sepulcros sobre unos arcos rebajados situados entre las columnas del crucero.
Entre los siglos XIV y XV y por voluntad del rey Martín el Humano se construyó el palacio real, obra de Arnau Bargués. A mediados del siglo XV en época del abad Bartomeu Conill (1437-1458) se levantó, fuera del recinto amurallado, la capilla de Sant Jordi. A su lado se construyó poco después la Puerta Dorada. En tiempos del abad Francesc Oliver de Boteller (1583-1598) se levantó el palacio abacial, al sur del conjunto monástico. En el siglo XVIII se hicieron dos construcciones que rompieron la muralla del siglo XIV: la sacristía nueva y las estancias de los monjes jubilados, al tiempo que se construyó una galería que unía el monasterio con el palacio abacial comenzado el siglo XVI. En el siglo XVI se levantó otro recinto amurallado, del que prácticamente sólo queda la puerta de Prades.
En 1835, cuando la comunidad tenía setenta monjes, el monasterio fue suprimido y sus miembros se dispersaron, dejando el lugar en manos de los expoliadores, lo que afectó especialmente el panteón real. Finalmente se logró detener esta situación protegiéndolo oficialmente. En 1940 se recuperó la función monástica con la llegada de cuatro monjes de Italia. Actualmente se ha convertido en un destino cultural y turístico, que por otra parte facilita su mantenimiento. En 1991 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Filiación de Poblet
Según el Originum Cisterciensium (L. Janauschek, 1877)Abadía de la Grandselve (Tarn y Garona) / 1145
Abadía de Fontfroide (Aude) / 1146
Monasterio de Poblet (Conca de Barberà) / 1151
Monasterio de Piedra (Zaragoza) / 1194
- ALEGRET, Adolfo (1904). El monasterio de Poblet. Barcelona: Salvat
- ALTISENT, Agustí (1974). Història de Poblet. Abadia de Poblet
- BALAGUER, Víctor (1885). Las ruinas de Poblet. Madrid: M. Tello
- BARRAQUER, Cayetano (1906). Las casas de religiosos en Cataluña durante el primer tercio del siglo XIX. Tomo I. Barcelona: Imprenta F.J. Altés
- BARRAQUER, Cayetano (1915). Los religiosos en Cataluña durante la primera mitad del siglo XIX. Vol. 1. Barcelona: Francisco J. Altés
- BASSEGODA, Joan (1983). Història de la restauració de Poblet. Abadia de Poblet
- BERTRAN Y GÜELL, F. (1944). El Real Monasterio de Santa Maria de Poblet. Barcelona: Montaner y Simón
- BLASI Y VALLESPINOSA, F. (1945). Monasterio de Poblet. Tesoro de fe y de arte. Barcelona: Librería Dalmau
- DOMÈNECH I MONTANER, Lluís (1920). Poblet. Barcelona: Thomas
- DOMÈNECH I MONTANER, Lluís (1925). Historia y arquitectura del monestir de Poblet. Barcelona: Montaner y Simon
- FINESTRES, Jayme (1746). Historia del Real Monasterio de Poblet. Barcelona: P. Campins
- FINESTRES, Jayme (1753-65). Historia del Real Monasterio de Poblet. Barcelona: P. Campins
- GONZALVO I BOU, Gener (2003). L’art gòtic a Catalunya. Arquitectura III. Dels palaus a les masies. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- GUITERT, Joaquín (1929). Real Monasterio de Poblet. Barcelona: Casa de la Caridad
- GUITERT, Ramon (1955). Historia del Real Monasterio de Poblet. Barcelona: Orbis
- MANOTE, Maria Rosa; TERÉS, Maria Rosa (2007). L’art gòtic a Catalunya. Escultura I. La configuració de l’estil. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- MANUSCRIT (1938, ed.). Cartulari de Poblet. Edició del manuscrit de Tarragona. Barcelona: I. Estudis Catalans
- MARÉS, Federico (1952). Las tumbas reales de los monarcas de Cataluña y Aragón en del monasterio de Santa María de Poblet. Barcelona: As. de Bibliófilos
- MARTINELL, César (1927). El monestir de Poblet. Barcelona: Barcino
- MASOLIVER, Alexandre (1995). Catalunya romànica. Vol. XXI, el Tarragonès, el Baix Camp, l’Alt Camp, el Priorat, la Conca de Barberà. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- MASOLIVER, Alexandre (2002). L’art gòtic a Catalunya. Arquitectura I. Catedrals, monestirs i altres edificis religiosos 1. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- MASOLIVER, Alexandre (2003). L’art gòtic a Catalunya. Arquitectura II. Catedrals, monestirs i altres edificis religiosos 2. Barcelona: Enciclopèdia Catalana
- MONTOLIU, Manuel de (1955). Llibre de Poblet. Barcelona: Selecta
- MORGADES S. O, Cist, Dom. Bernardo (1946). Guía del Real Monasterio Cisterciense de Santa Maria de Poblet. Barcelona
- MORGADES S. O, Cist, Dom. Bernardo (1948). Historia de Poblet. Barcelona
- PALAU, Antoni (1931). Guia de Poblet. Barcelona: I. Romana
- OLIVER, Jesús M.; i altres (2008). Cister, monestirs reials a la Catalunya Nova. Valls: Cossetània
- PALOMER, Mossen Josep (1928). La decadència de Poblet. Barcelona. Llib. Verdaguer
- SALAS RICOMÁ, Ramón (1893). Guía histórica y artística del Monasterio de Poblet. Tarragona: F. Arís e Hijo