Monasterio de Santa Maria de l'Estany

Ese mismo año 1080, el obispo Berenguer Sunifred de Lluçà impulsó la introducción de una comunidad de canónigos agustinianos, cuyos miembros procedían de la canónica catedralicia de Vic, que seguían al obispo en sus intentos de reformarla, cosa que no llegó a conseguir por la fuerte oposición dentro de la comunidad. La canónica de L’Estany quedó estrechamente ligada a la de la catedral de Vic, su primer prior conocido fue Bernat Compar (o Bompar). Con el paso del tiempo fue adquiriendo importancia, tanto por su influencia sobre otros centros monásticos de Catalunya, como por los bienes recibidos, que se extendían por un amplio territorio, especialmente por el Bages y Osona.

En 1364, la canónica vendió muchos de sus bienes para adquirir el término de Oló, lo que finalmente provocó la oposición de sus habitantes, que lograron reunir el capital necesario para su recompra, lo que agravó la situación de enfrentamiento que se había generado, hasta el punto de que en agosto de 1395 el monasterio fue asaltado e incendiado. La destrucción fue de tal magnitud que la comunidad se vio obligada a dispersarse. Esto facilitó que la canónica se dividiera en diversas facciones, partidarias de quedarse en Manresa u otros centros, mientras que el obispo de Vic luchaba por el regreso a L’Estany, lo que no logró hasta 1436.

La restauración del conjunto comenzó a finales del siglo XIX, pero las actuaciones más decididas se realizaron a partir de 1931. Básicamente afectaron a la iglesia y al claustro. La iglesia es de nave única con transepto. Tiene una cabecera formada por un gran ábside central (el de la nave) y dos ábsides menores, abiertos en el crucero. En el cruce del transepto y la nave hay una cúpula semiesférica. Cabe mencionar que los ábsides laterales son producto de la restauración, y que ocurre lo mismo en muchos otros elementos, como las bóvedas.